Cuando nos decidimos a aplicar una abrazadera, sea cual sea el diámetro, el modelo, el material, etc. hay un aspecto muy importante y que no debemos perder de vista y de esta manera evitar roturas del tornillo de la abrazadera, gripajes por sobrecalentamiento, pérdida de tiempo en producciones en cadena y sobre todo una mala aplicación que pueda incurrir en fugas.

El tiempo requerido para atornillar una abrazadera metálica, en los ciclos productivos, juega un papel indispensable en las estaciones de trabajo y el ahorro de tiempo, no por ese motivo debemos tarar los atornilladores con valores no recomendados, habitualmente por encima de lo admitido, para realizar el apriete de la abrazadera con un menor tiempo.

En el catálogo de Mikalor encontraremos para la gran mayoría de abrazaderas las especificaciones necesarias que nos darán este valor, expresado en RPM (revoluciones por minuto). Para dar un aproximado de la velocidad de atornillado, podemos decir que para las abrazaderas de media y alta presión de Mikalor se recomienda una velocidad de 540(+-5) RPM.

Una abrazadera metálica juega siempre un papel muy importante ya que un error de instalación o la aplicación de una abrazadera que no cumpla con los requerimientos esperados, podrá acarrear grandes pérdidas de tiempo y como consecuencia costes altísimos de mantenimiento y reclamaciones.